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No sé muy bien qué pensar de él. De todos modos sí que vale como un punto interesante: el partido Demócrata, se puede decir casi desde Roosevelt, suele ganar tras una presidencia convulsa o cuasiconvulsa (o ultrarrrequeteconvulsa y regurgitante) republicana con alguien salido literalmente de una chistera, bastante desconocido (aunque ni sale de una chistera y es desconocido porque no se habla de él, pero es perfectamente conocido en la política), y que, obviamente, *parece* una ruptura con todo lo anterior, y de eso nanay. En todo caso una administración que abre válvulas de respiro. Es el caso de Kennedy (gana por los pelos, y hace ganar a Johnson tipo el Cid), es el caso de Carter, es el caso de Clinton (el más inútil de todos con amplia diferencia), es el caso de Obama. Y cuando presentan sus pesos pesados, o gente màs o menos conocida, desde luego con pedigrí administrativo (o así publicitado), el batacazo es rotundo, salvando a Gore que fue vía avería judicial.

Yo diría que es para reflexionar. Por cierto que lo de Irán sí fue cosa de EEUU, prefirieron a los curas antes que al Tudeh, que los disfruten, ya están nuclearizados. Y por cierto que Reagan World estaba pringado hasta el tuétano. En general que necesitasen desalojar a este hombre (Carter) con esos procedimientos es lo que me hace darle el beneficio de la duda.

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