A estas alturas, supongo que habréis visto el video de esa reunión en el despacho oval. La de J.D. Vance, Marco Rubio, y un hombre que dice ser el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Es un espectáculo lamentable, patético. Un jefe de estado no organiza una reunión con el jefe de estado de un (téorico) aliado delante de los medios, le miente y menosprecia repetidamente a la cara, y acaba por gritarle, tratándole como un vasallo que debe rendirle pleitesía. Tampoco permite que su vicepresidente, un mequetrefe inaguantable que ha sido puesto en el cargo por megamillonarios de Silicon Valley, le exija en la cara que babosee y dé las gracias a sus amos, especialmente cuando el tipo que está luchando por la libertad de su jodido país dio un discurso ante ambas cámaras del congreso haciendo eso hace menos de dos años.
Zelenski es un tipo que cuando la Casa Blanca ofreció evacuarle la noche que empezó la guerra respondió “I need ammunition, not a ride” (necesito munición, no un paseo). Es quien esa noche filmó ese video, en el que no sólo demuestra el coraje infinito de quedarse en su país, sino de hacerlo con el miedo en los ojos, mirando a la cámara, demostrando que la valentía es estar asustado y seguir luchando igualmente1.
Lo que más me fascina de todo el encuentro es la enorme entereza de Zelenski, la dignidad y valentía con la que afronta esta emboscada. Si alguien creía, dentro de la administración Trump, que este tipo iba a vender su país o arrugarse ante los intentos de la Casa Blanca de extorsionarles, son más idiotas de lo que parecía.
Venganza
Como he repetido mil veces, Trump es tan torpe, simplón y estúpido como parece. Allá por el 2019, Trump en una llamada de teléfono con Zelenski le exigió que lanzara una investigación contra Joe Biden o de lo contrario dejaría de enviarles armas. Este intento de chantajear a un aliado para obligarle a atacar a un rival político en Estados Unidos se filtró a la prensa, y acabó en el primer impeachment contra el presidente.
Los hechos no están en disputa; la llamada estaba grabada y su transcripción está ahí, en los cargos contra Trump. Un escándalo así hubiera destruido la carrera política de cualquier presidente del país, pre-2016; el GOP bajo Trump vio un intento de extorsión a un aliado asediado por Rusia y votó casi en bloque exonerarle2.
Trump nunca perdonó a los ucranianos que no investigaran a a Biden; tras años de Fox News, está convencido que su rival político era un criminal. Cinco años después, de vuelta a la Casa Blanca, el presidente está en posición de vengarse de Zelenski, alguien a quien detesta personalmente.
No estoy seguro si lo de ayudar a su admirado Vladimir Putin y construir una alianza reaccionaria es algo que también le agrada; mi impresión es que es el tipo es un fascista y abraza la causa con entusiasmo. Tampoco sé si los repetidos intentos de Vladimir Putin de ayudar a Trump en las elecciones del 2016 y comicios posteriores tienen algo que ver.
Los motivos, sin embargo, importan poco comparado con sus actos: Estados Unidos se ha puesto abiertamente de lado de Rusia en una guerra en que estos han invadido una democracia aliada. Nadie puede confiar ya en la palabra de Trump.
Reacciones
Me preguntaba ayer mucha gente cuál ha sido la reacción en Estados Unidos a este esperpento. No estoy seguro, pero dudo que sea positiva. Los sondeos dejan claro que Ucrania genera mucha más simpatía y apoyo que Rusia; Vladimir Putin es detestado en los sondeos, incluso tras años de tibieza republicana. Incluso con la retórica anti-intervencionista del GOP, sólo un 30% de americanos (un 47% entre votantes republicanos) creen que Ucrania está recibiendo demasiado apoyo.
Como de costumbre, la mayoría de cargos electos del partido han salido a aplaudir al amado líder; un puñado han alzado la voz, pero sin demasiada energía. Lo que me ha sorprendido un poco, no obstante, ha sido Fox News:
Zelenski era entrevistado por Bret Baier poco después del evento; es muy inusual que un “enemigo” de Trump reciba espacio en primetime para dar su versión antes que su administración o el mismo presidente. Los titulares son la habitual ofuscación foxiana (Zelenski quiere garantías de seguridad a cambio de ceder la riqueza de su país), pero es inusual que los medios conservadores hablen sobre cómo el resto del mundo están alineados con el otro tipo.
Dudo que estas dudas y titubeos les duren mucho. Trump, a fin de cuentas, dio un golpe de estado y los republicanos estaban allí todos aplaudiendo en las primarias tres años después; lo de vender la política exterior al viejo enemigo de la guerra fría es un pecado menor. Sin embargo, había algo de desesperación en el clamor casi norcoreano de algunas cuentas conservadoras y en los comentarios del GOP hoy; esa energía peculiar que desprenden los políticos cuando están aplaudiendo y venerando a alguien con demasiado entusiasmo, repitiendo las consignas con fuerza pero sin naturalidad alguna.
Siendo el partido republicano, no me haría demasiadas ilusiones, sin embargo.
Para el resto del país, los votantes que no son trumpistas convencidos, el aquelarre de hoy será otro recordatorio más de todo lo que acabó haciendo a Trump extraordinariamente impopular durante su primer mandato. Su apoyo en los sondeos ya estaba dando muestras de debilidad; no me sorprendería si esto acabara provocando una grieta parecida a la de Biden con la salida de Afganistán o algo peor.
Oh, Europa
Para los europeos… llevo semanas diciendo que Trump es esto, y que la Unión Europea debe actuar como si Estados Unidos no es un aliado en el que se pueda confiar. Es hora de darle a Ucrania todo lo que necesite para ganar esta guerra, y si eso requiere miles de millones de euros fabricando armas a destajo, debe hacerlo ahora. La UE necesita un ejército, necesita capacidad de disuasión, y necesita avanzar, y hacerlo de verdad, hacia un federalismo continental real.
Trump es un problema. Es alguien que va camino de reventar el gobierno de su propio país, la economía global, y el orden internacional, y hacerlo porque es profundamente idiota. Actuad en consecuencia.
El video es increíble, y es un discurso de medio minuto que pone la piel de gallina incluso sin entender una palabra de lo que dicen. Y están aterrados; es lo que lo hace tan efectivo.
El único senador que votó a favor del impeachment fue Mitt Romney. Lo he dicho mil veces, pero en otro mundo y con otro GOP, hubiera sido un presidente magnífico. Su problema fue toparse con Obama.
A ver si por lo menos Trump consigue que lavUE se de cuenta de que hay que actuar con independencia y dejar el buenismo. Sería lo único positivo del drama de su elección. Pero temo que al final pongamos paños calientes y no nos compliquemos la existencia. Aunque la electricidad ya ha duplicado el precio y con la cosas de comer no se juega...