Entre la trampa y la tragedia
Los republicanos ganan una batalla, pero quizás pierdan dos guerras
La semana pasada explicaba cómo el partido republicano había conseguido forzar a la administración Biden a negociar una nueva ley de inmigración a cambio de ayudar a Ucrania, pero la propuesta se había quedado encallada en negociaciones eternas, víctima de las quejas de Donald Trump.
Este fin de semana los tres senadores que llevaban las negociaciones sobre la ley, Chris Murphy, demócrata de Connecticut, James Lankford, republicano de Oklahoma, y Kyrsten Sinema, independiente de Arizona, hicieron público el texto. La propuesta tiene dos componentes diferenciados:
Ayuda militar: 60.000 millones de dólares para Ucrania, 14.100 millones para Israel1, 4.830 millones para naciones del Pacífico para contener a China, y unos 10.000 millones para refugiados en Ucrania y civiles palestinos.
Una reforma del sistema de migración americano, con múltiples cambios legales y 20.000 millones para reforzar la frontera, con mas jueces, patrulla fronteriza, y juguetes variados.
Una reforma dura
La reforma migratoria es extraordinariamente dura y restrictiva. Incluye un mecanismo que cierra la frontera por completo si la guardia fronteriza detiene una media de más de 5.000 inmigrantes al día durante una semana, o 8.500 en un sólo día2. Restringe muchísimo las condiciones para pedir asilo, y acelera muchísimo el procedimiento para dirimir si un refugiado puede permanecer en el país o ser expulsado. Si alguien intenta cruzar fuera de un paso fronterizo establecido, puede ser deportado de inmediato sin poder pedir asilo.
En otras palabras: el texto incluye casi todo lo que pedían los republicanos en diciembre, e incluso algunas medidas draconianas que no estaban en la agenda entonces y se les han ocurrido después. No incluye todo (el presidente sigue pudiendo dar asilo condicional a grupos específicos, como refugiados afganos o ucranianos), pero de ser aprobada, esta ley movería la política migratoria del país muy, muy, muy a la derecha. Es una reforma muy conservadora; el GOP nunca estuvo remotamente cerca de aprobar algo parecido, ni siquiera cuando controlaban la presidencia y las dos cámaras en el 2017 y 2018.
La respuesta del GOP
Ante la posibilidad de conseguir que un presidente demócrata tragara una ley absolutamente brutal escrita casi por completo por el sector reaccionario del GOP, entre los aullidos indignados de la izquierda3, el partido republicano ha decidido… oponerse a la ley.
El mismo domingo por la noche, varios senadores republicanos estaban la mar de ocupados en Twitter buscando excusas para bloquear el acuerdo, a menudo con lecturas inverosímiles de la ley. El lunes por la mañana, los líderes republicanos en la cámara de representantes proclamaban4 que la ley era un desastre inaceptable que nunca sería aprobada en la cámara de representantes. El grupo republicano en el senado se reunió para evaluar la propuesta por la tarde; Mitch McConnell, que hasta entonces había defendido la ley, pidió que votaran en contra en el primer paso para llevarla al pleno mañana miércoles. Lankford, el autor de la ley, dijo que probablemente votaría en contra para dar “más tiempo” a sus compañeros de partido para evaluar la ley.
La propuesta necesita 60 votos en el senado para empezar a ser debatida5. Hay un puñado de demócratas a la izquierda que se oponen al texto por ser demasiado restrictivo (y en el caso de Bernie Sanders, por incluir ayuda incondicional a Israel), así que sólo puede ser aprobada con 12-15 votos republicanos, de un grupo parlamentario de 49. Ahora mismo, parece que esos votos no están sobre la mesa, y la ley no tiene visos de ser aprobada sin enmiendas que probablemente no serían aceptadas por los demócratas.
Ayer un comité de la cámara de representantes votaba a favor de un impeachment del secretario de seguridad nacional de Biden por no ser lo suficiente estricto con la inmigración, mientras se oponían a una ley que le obligaría a ser mucho más estricto en la frontera.
La incoherencia política del GOP va aún más allá. Durante años, los trumpistas han aplaudido y alabado al sindicato de guardias fronterizos, que ha pedido sin descanso medidas draconianas para cerrar la frontera. Ayer este mismo sindicato se declaró a favor de la ley, que dice sería una enorme mejora sobre la situación actual. La respuesta del Speaker ha sido mofarse de ellos, diciendo que les gusta porque les sube el sueldo.
El motivo, por supuesto, es Donald Trump, que lleva varias semanas exigiendo al partido que bloquee la ley. El expresidente dice que Biden puede cerrar la frontera ahora mismo, si quisiera, pero no lo hace porque no quiere. No sorprenderá a nadie cuando eso resulta ser una completa fantasía.
El precio político
Ahora mismo, entonces, la ley será probablemente rechazada, debido a la oposición enfervorecida del GOP. Esto representará una derrota legislativa importante para Biden, que llevaba dos meses pidiendo la ley sin cesar. Mi sospecha, no obstante, es que los republicanos, en su afán de contentar a Trump, habrán conseguido una victoria pírrica que les hará más daño que bien.
Para empezar, Biden puede defender, de manera creíble, que él quería aprobar una ley realmente dura de inmigración, y puede señalar a los aullidos de la izquierda como prueba. La reforma sobre la mesa era objetivamente muy restrictiva, así que los medios la definirán como tal.
Biden puede, además, señalar que la ley no será aprobada debido al obstruccionismo republicano, y esa afirmación será validada por los berridos constantes de Trump alardeando haber conseguido bloquearla. Podrá acusar al GOP de radicalismo y de anteponer el ventajismo político a buscar soluciones. Como guinda final, podrá defender la idea de que su posición está a medio camino entre ambos extremos y era moderada y sensata, la de un centrista que busca soluciones.
Además, seguiremos sin ley de inmigración nueva, cosa que no es que moleste demasiado.
El pequeño problema con este escenario, claro está, es que requiere que los votantes presten algo de atención en un año donde todo el mundo está hasta el gorro de la política. En un mundo donde un candidato a la presidencia ha sido condenado a pagar 83 millones de dólares por difamar a una mujer a la que había violado y eso ha sido recibido con indiferencia en los sondeos, esperar que alguien preste atención a un debate legislativo complicado en el congreso es bastante ingenuo. Los americanos siempre dicen que prefieren candidatos que busquen consensos y acuerdos, pero no parecen penalizar en absoluto al partido político que lleva veinte años volando acuerdos sobre inmigración repetidamente6.
Este es un país víctima de una politización asimétrica. Las bases republicanas están obsesionadas con la política, pero sólo reciben noticias en la burbuja de Fox News. Las bases más politizadas demócratas, mientras tanto, viven sumidas en la típica marabunta de obsesiones puristas del progresismo, desde Israel a la quijotesca insistencia en eliminar la deuda estudiantil o fantasías derrotistas sobre lo mal que va la economía. El resto de votantes o bien pasan del tema por completo, o se informan de pasada en medios centristas que insisten en tratar la progresiva locura del GOP como algo anecdótico o irrelevante.
Es desesperante, pero este es el escenario que tenemos sobre la mesa de cara a noviembre.
Víctimas colaterales
Todo esto es muy bonito y divertido, pero lo es aún más si eres un soldado ucraniano en el frente bajo bombardeo artillero ruso y sin munición para responder. El sainete migratorio ha dejado sin ayuda militar a Ucrania, que depende ahora únicamente de lo que pueda hacer la Unión Europea para ayudarles.
Los líderes demócratas en el senado están estudiando aprobar un paquete de ayudas por separado sin la propuesta migratoria, sólo incluyendo dinero para Ucrania e Israel. El GOP quiere aprobar una ley sólo con dinero para Israel, que Biden ha dicho que vetaría de inmediato. Hagan lo que hagan, deberán hacerlo deprisa, porque el acuerdo para mantener el gobierno abierto unas cuantas semanas más mientras negociaban presupuestos se termina dentro de un par de semanas, otro arrecife lleno de escollos donde puede naufragar.
Todos esos rumores sobre la influencia rusa en las elecciones del 2016 y cómo Trump quizás fuera un agente de Putin siempre me parecieron un poco exagerados. Viendo cómo el expresidente está trabajando activamente para bloquear fondos militares para defender un país ante una guerra de agresión, sin embargo, me entran dudas.
Bolas extra
De cómo Siemens y su promesa de “contadores del agua inteligentes” acabó arrasando las finanzas de decenas de municipios en Mississippi.
La mejor noticia que puede recibir Biden ahora mismo es un alto el fuego en Israel. El pequeño problema es que Bibi Netanyahu apoya abiertamente a Trump y miembros de su gabinete dicen abiertamente que quieren ayudarle.
Político tiene un artículo interesante preguntándose lo impensable: ¿qué sucedería si el Supremo decide que Trump no puede ser candidato a la presidencia por su condición de insurrecto? (no que vaya a suceder).
Estados Unidos no puede “acabar la guerra” cortando fondos para Israel, porque aún no les ha enviado un duro.
No “permite que entren 5.000”, como dicen algunos republicanos. Cierra la frontera cuando hay 5.000 personas que son apresadas intentando cruzar, una cifra muy baja en una frontera de 3.145 kilómetros.
WFP incluidos, por supuesto. Es una ley atroz.
Las objeciones a la ley, por cierto, son casi todas inventadas.
(el absurdo sistema de filibuster ataca de nuevo.
No ayuda demasiado que medios como el NYT hablen de “desaparecen los consensos” sin mencionar quién está votando en contra.
Sobre el comentario 5, no se supone que cualquier senador podría directamente bloquear el proyecto de ley con un "silent hold" (porque para que se ponga en el orden del día tiene que haber "consentimiento unánime") y nadie se enteraría de quien lo ha hecho si el presidente del Senado no tira de la manta? Se puede forzar a que pongan el proyecto en el orden del día con 60 votos? (Tenía entendido que era complicadísimo y había que hacer básicamente el pino puente cuando empieza un "calendar day")
El enlace de la bola extra 2 y de la bola extra 3 es el mismo