Agotados políticamente
Un sondeo que explica la política americana y una disputa política que explica un sondeo
Uno de los misterios persistentes de la política americana es por qué Joe Biden sigue siendo tan impopular. La economía va como un tiro, la tasa de paro está en mínimos históricos, la inflación ha caído a niveles tolerables (3,7% y bajando), hay más gente trabajando que nunca y el crimen ha caído significativamente desde su pico el 2020/21. Su índice de aprobación, sin embargo, esta 40-52, una cifra casi tan mala como la de Trump en este punto de su presidencia (39) y casi cuatro puntos peor que la de Obama (44).
Normalmente, cuando un presidente anda con esta clase de sondeos, uno tiene que buscar motivos ajenos a la economía, como su personalidad, escándalos de corrupción, alguna catástrofe provocada por sus decisiones o algo peor. Biden, sin embargo, es un tipo la mar de normal, su administración no ha tenido ni un sólo escándalo significativo1, el buen hombre no ha insultado a héroes de guerra o alabado a nazis o recomendado beber lejía para luchar contra la pandemia, y no hay desastre alguno del que sean culpables.
Así que tiene que haber algo distinto que explique lo que está sucediendo en los sondeos. Quizás la economía no es tan buena como parece, aunque eso signifique que todos los datos económicos están equivocados. Quizás los votantes realmente se toman muy, muy en serio esto de que Joe Biden es viejo y hay un rechazo frontal y completo hacia cualquier político que pase de los ochenta años. Quizás las leyes de la política se han roto por completo y esto de que un político haga un buen trabajo y las cosas vayan bien ya no sirve, y que los votantes sólo deciden sus preferencias y actitud hacia los candidatos según el horóscopo2, el vuelo de las palomas o pura diversión.
Es probable que esta última opción se la correcta.
Hartos de todo
El mes pasado Pew Research sacó uno de sus sondeos periódicos sobre las percepciones que tienen los americanos sobre su sistema político. Como señalan los autores, esta encuesta no ha sido realizada en una época de apatía; las elecciones del 2018, 2020 y 2022 tuvieron tasas de participación excepcionalmente altas para lo que es habitual en el país. La percepción que tienen los votantes de este sistema en el que están tan enchufados, sin embargo, es excepcionalmente negativa, incluso para un país que lleva detestando a sus políticos e instituciones desde hace décadas.
Algunas cifras, para que os hagáis idea del tono general del sondeo:
Casi dos tercios de los encuestados (63%) tienen poca o ninguna confianza en el futuro del sistema político americano.
Sólo un 16% confían en el gobierno federal, la cifra más baja en setenta años.
Un 63% de los votantes están insatisfechos con los candidato a la presidencia de ambos partidos.
Mi pregunta favorita, sin embargo, es cuando se les pregunta con qué frecuencia se sienten los encuestados de una determinada manera cuando piensan sobre política. Un 65% dicen sentirse a menudo o siempre “exhaustos”:
Básicamente, el sondeo dibuja un escenario no de desafección política, sino de hartazgo, en que lo único que parece ocupar las portadas son las constantes peleas entre demócratas y republicanos.
Cosa que tiene su guasa porque precisamente Biden ha sido muy, muy bueno llegando a acuerdos con los republicanos. Durante su mandato, el congreso ha aprobado un número sorprendente de leyes ambiciosas con apoyo de ambos partidos, incluyendo un acuerdo para reducir el gasto a largo plazo, un enorme plan de infraestructuras, un paquete gigante de I+D, una ley federal para proteger el matrimonio de parejas del mismo sexo, y una ley (modesta, pero real) de control de armas de fuego.
Por añadido, si algo ha quedado claro estos días es que si hay alguien peleándose en Washington en plan Cúpula del Trueno son los republicanos entre ellos3, sin que los demócratas tengan que ni siquiera molestarse en decir nada en contra.
Dejando de lado estos detalles (sobre cómo los medios cubren el congreso podemos hablar otro día), es francamente difícil para cualquier político concurrir a unas elecciones con este panorama. Si los votantes están hartos, agotados, y no pueden más de escuchar cualquier debate político, es muy, muy complicado conseguir que nadie escuche tu mensaje. Y dado que la inmensa mayoría están convencidos de que el sistema político americano es disfuncional, tóxico e incapaz de hacer nada, hablar sobre cómo bajo tu presidencia las cosas han empezado a cambiar es casi quijotesco. Si a eso le añadimos que los medios americanos siguen estando obsesionados con Trump, Fox News y los medios conservadores nunca darán nada por bueno y el cinismo generalizado de la prensa, no sé qué estrategia pueden tomar para hacerse escuchar. Quizás las cosas siguen bien hasta las elecciones, y la opinión pública mejora poco a poco. Quizás no.
La mejor noticia para Biden es que el único político en Estados Unidos tan impopular como él será su rival en las presidenciales, y que Trump es de esos dirigentes que suele perder apoyo como más sale en los medios.
Hablando de agotamiento…
El partido republicano hizo ayer otra fabulosa pirueta más hacia ninguna parte en su futil intento de nombrar un Speaker.
Ayer martes por la mañana, tras votar un montón de veces a puerta cerrada para eliminar candidatos, nominaron para Speaker a Tom Emmer, un señor de Minnesota que era el número tres del partido bajo McCarthy. Emmer es (relativamente) moderado, que en el GOP moderno quiere decir “no votó invalidar el resultado de las presidenciales el 6 de enero del 2021”. El candidato derrotado, Mike Johnson, era un freedomita que aplaudió con entusiasmo el intento de golpe de estado.
El pobre Emmer pidió al grupo parlamentario otra votación, esta vez preguntándoles si le apoyarían en el pleno. Para sorpresa de absolutamente nadie, 26 legisladores dijeron que no. Resignado, decidió intentar convencer a algunos detractores y ganar apoyos, pero apareció este señor diciendo cosas bonitas como esta en su red social:
Emmer al menos no fue tan suicida o estúpido como Jim Jordan. Tres horas después de conseguir la nominación, renunciaba a la candidatura de Speaker. Para los que lleváis la cuenta en casa, Emmer es el cuarto legislador linchado por sus propios compañeros de partido en menos de un mes (tras McCharty, Scalise y Jim Jordan) y el tercer nominado que muerde el polvo.
Tras otra ronda de lamentos y declaraciones de legisladores republicanos al azar diciendo que somos una pila de patanes incapaces impresentables y mis colegas son unos merluzos, el GOP lo ha vuelto a intentar. Otra reunión a puerta cerrada, cinco rondas de votación más y el ganador fue Mike Johnson, legislador de Louisiana reciente perdedor de la última votación, pero ahora candidato, porque esto de sacar menos votos que el ganador en el partido republicano no significa nada.
El bueno de Mike ha pedido, como de costumbre, confirmar apoyos, y esta vez el grupo parlamentario ha sido unánime, con todo el mundo en la sala diciendo que le votarán en el pleno mañana. Contemplad aquí el futuro Speaker:
Hay un pequeño problema: cuando Johnson ganó su votación, dos decenas de legisladores se fueron de la reunión. No está nada claro quiénes fueron, ni qué votarán mañana. La nominación de Johnson sigue un patrón similar a la de Jordan, cuando el radical freedomita que quedó segundo saboteó la elección del ganador (Scalise) para echarle y aspirar al puesto en segunda vuelta. Los moderados que apoyaban a Scalise bloquearon a Jordan como venganza; no sé si Emmer tendrá la misma cuota de centristas vengativos hartos de que el ala reaccionaria del partido reviente elecciones.
Johnson, al menos, no es un cretino antipático enloquecido, “sólo” es un reaccionario con tendencias autoritarias, y el partido está muy, muy cansado de hacer el ridículo. Nadie sabe, ahora mismo, si tiene los votos para ser elegido. La cámara votará otra vez hoy miércoles.
Bolas extra
Jenna Ellis, una ex-abogada de Trump, ha llegado a un acuerdo con la fiscalía en Georgia para declararse culpable y testificar contra el ex-presidente. Es la tercera persona del equipo legal de Trump, tras Ken Chesebro y Sidney Powell, en hacerlo.
Un sondeo señala que dos tercios de votantes americanos quieren un alto el fuego inmediato en Gaza. La opinión pública es mucho menos favorable a Israel de lo que creía, la verdad. Dudo mucho que cambie demasiado las cosas en el congreso, pero la Casa Blanca está intentando limitar la respuesta de Israel un poco.
El sondeo de Pew dice que una mayoría abrumadora de americanos (87%) quieren una limitación de mandatos para congresistas. Como lobista, me parece una idea brillante; tener legisladores con menos experiencia legislativa que nosotros nos será de gran ayuda.
Lo de Hunter Biden es una patraña absurda. Si escucháis a un comentarista darle un atisbo de credibilidad, os está mintiendo. Con lo que sabemos ahora, el único escándalo es que uno de los hijos de Biden era un patán.
“¡Nunca apoyaré la reelección de un escorpio! ¡Warren Harding murió en el cargo!”
Ahora hablamos de ellos.
Ves alguna estrategia comunicaciónal que pueda ser efectiva por parte del equipo de campaña de Biden? Ultimamente han salido artículos de que los afroamericanos, los hispanos y ahora los estadounidenses de origen musulman estan desencantados o renuentes a seguir apoyando la reelección de Biden.
¿Hasta que punto es pifia de los medios de comunicación? Al menos, desde mi punto de vista, gran parte del barrizal que ha venido siendo la política americana es por acción de un solo partido político, y me atrevería a decir que de una sola corriente dentro de ese partido. ¿Porqué la ciudadanía reparten responsabilidades entre "los políticos", en general?