Movilizando a tu adversario
Los conservadores descubren qué sucede cuando ganas demasiado en los tribunales
Kansas es un estado conservador. Trump ganó el estado en el 2020 por quince puntos, y ese era el mejor resultado que habían sacado los demócratas desde 1988. Es la clase de lugar donde los demócratas ni siquiera suelen hacer campaña. Intentar ganar allí es una pérdida de tiempo.
Hace siete años, el partido republicano en Kansas aprobó la (y el título no es coña) ley de protección contra el aborto por desmembramiento de niños sin nacer (Unborn Child Protection from Dismemberment Abortion Act), una prohibición completa contra dos tipos específicos de aborto, con la única excepción de en casos en que la vida de la madre corriera peligro. Como es tradicional en este país, la ley acabó en los tribunales, y tras un puñado de juicios, recursos y apelaciones, acabó en el tribunal supremo estatal. La sentencia fue clara: la constitución de Kansas protegía el derecho a interrumpir el embarazo.
La enmienda
Esto, por supuesto, no gustó a los republicanos. Tras un par de años de debates, en enero del 2021 las dos cámaras legislativas del estado consiguieron la mayoría de dos tercios necesaria para enmendar la constitución. La enmienda, como es costumbre en este extraño mundo de legalismo tecnocrático conservador, es confusa, ya que no prohíbe el aborto, sino que autoriza al legislativo estatal a que lo “regule”. El texto es deliciosamente orwelliano:
Because Kansans value both women and children, the constitution of the state of Kansas does not require government funding of abortion and does not create or secure a right to abortion. To the extent permitted by the constitution of the United States, the people, through their elected state representatives and state senators, may pass laws regarding abortion, including, but not limited to, laws that account for circumstances of pregnancy resulting from rape or incest, or circumstances of necessity to save the life of the mother.
Quedaba un paso pequeño, pero importante: los votantes debían ratificar la enmienda en referéndum. Dado que el texto no “prohíbe” el aborto, sino que “autoriza” su prohibición, la pregunta ante el electorado era gloriosamente confusa. Votar “si” quería decir que el aborto podía ser prohibido, votar “no” mantenía su protección constitucional. Los republicanos, a pesar de la ofuscación, no las tenían todas consigo, así que pusieron como fecha de votación el dos de agosto del 2022, coincidiendo con las primarias.
Iba a ser una votación esencialmente simbólica, de todos modos. Roe v. Wade protegía el derecho al aborto a nivel federal, así que poner en la constitución de Kansas que los legisladores estatales podían “regularla” era un brindis al sol. Ese fue el caso hasta que el supremo derogó Roe este año, claro está, y el aborto pasó de ser un derecho constitucional a algo legislable.
La votación
Kansas acudió a las urnas el martes para votar esta enmienda. El resultado: “No” enmendar la constitución 59%, enmendarla para autorizar prohibir el aborto 41%.
No sé si recordaréis, tras la sentencia del supremo, sobre el debate de si derogar Roe iba a tener consecuencias políticas imprevistas, movilizando a las bases de ambos partidos. El aborto era ahora algo legislable, así que las elecciones importaban mucho más para cualquiera que crea que este es un tema importante. Bueno, tenemos la respuesta. Roe ha conseguido que un estado donde el GOP ganó por quince puntos votara en contra del tema que ha definido a los republicanos por dieciocho.
Todos esos sondeos que dicen que una mayoría abrumadora de americanos creen que el aborto debe ser legal resultaron ser ciertos, vamos. Incluso en un lugar como Kansas. Los resultados, además, muestran que muchos votantes en las regiones más republicanas del estado se quedaron en casa y que los demócratas salieron en masa a las urnas. La idea de que el aborto era un tema que motivaba a una parte pequeña pero muy bien organizada del movimiento conservador era totalmente cierta, y que Roe iba a movilizar a los progresistas también.
Este gráfico sobre la evolución de la proporción de mujeres registrándose para votar en el estado tras Dobbs, la sentencia que derogaba Roe, lo dice todo:
¿Qué sucederá en noviembre?
Sabemos, entonces, que los votantes cuando se les pregunta se oponen con vehemencia a prohibir el aborto, incluso en un sitio como Kansas utilizando la pregunta más torticera posible. Ahora queda por ver si esta oposición tendrá un impacto o no en las elecciones legislativas de noviembre.
Mi intuición es que sí, va a tener un efecto casi seguro, pero que dudo mucho que veamos nada con una intensidad semejante. En Kansas se votaba en referéndum sobre el aborto, en solitario, sin más. En noviembre los demócratas van a atizar a los republicanos sin cesar sobre cómo votar al GOP equivale a votar a un partido que quiere prohibir el aborto a nivel federal, pero ese no es el único tema sobre el que estaremos votando. Sí, mi senador estará a favor o en contra del derecho al aborto, pero también quiero saber qué piensa sobre inflación, sanidad, defensa, y todo el resto de los temas que debe decidir el congreso. Y si atendemos a los sondeos, los americanos están a favor del derecho al aborto, pero este sólo es la principal preocupación de un porcentaje muy, muy pequeño del electorado, los que están totalmente en contra.
El referéndum en Kansas parece indicar, con cierta claridad, de que los demócratas van a poder utilizar Dobbs y el aborto para ganar votos en noviembre. Pero de ahí a ganar las elecciones hay un trecho.
Cajón de sastre: primarias
Ayer hubo primarias en un montón de estados, y los candidatos apoyados por Trump sacaron buenos resultados en muchos estados. Como es habitual, sus candidatos ganaron en aquellos sitios donde la vieja guardia no consolidó sus votos en una única alternativa.
El GOP ha nombrado a un montón de chiflados peligrosos; uno de los peores es Blake Masters, que será candidato al senado por Arizona. Masters es uno de los protegidos de nuestro malvado tech-bro reaccionario favorito, Peter Thiel, como J.D. Vance, y también ex-empleado suyo. Es lo más parecido a alguien abiertamente fascista que te puedes encontrar en la política americana.
Entre los que palmaron ayer en primarias está Peter Meijer, un representante republicano de Michigan que fue escogido por primera vez al cargo el 2020, se encontró con el asalto al capitolio en su primera semana de trabajo y votó a favor del impeachment inmediatamente después. Esta elección es especialmente dolorosa porque los demócratas hicieron campaña contra Meijer, ya que creen que su oponente (que está completamente chiflado) será más fácil de batir en las generales. La indignación contra los líderes del partido hoy era palpable; uno no puede acusar al GOP de extremista y peligroso para la democracia y gastar dinero en favor de un tío que dice que las elecciones del 2020 fueron ilegítimas.
La noticia más alarmante fue la victoria de dos republicanos que niegan la victoria de Biden el 2020 para ser candidatos a secretarios del estado en Arizona y Michigan. Con esto, ya hay cinco candidatos a este cargo (que es el que gestiona los procesos electorales en cada estado) del GOP que apoyan abiertamente la gran mentira y con ello, el golpe de estado de Trump.
Resulta que la bobada de Trump anunciando su apoyo a “Eric” en las primarias de Missouri en unas elecciones donde había dos candidatos llamados Eric fue aposta. Ganó Eric Schmitt, uno de ellos, aunque todo parece indicar que Trump prefería a al otro, Eric Greitens. Si os suena el nombre, Greitens es el exgobernador de Missouri que dejó el cargo tras ser acusado de vendar los ojos, maniatar y hacer fotos a su amante, maltratar a su mujer y pegar a sus hijos.
Bolas extra
En las elecciones del 2020, los republicanos en Florida fueron acusados de presentar candidatos fantasma en varios distritos con nombres parecidos al candidato demócrata para quitarles votos. Bueno, no era un rumor: lo hicieron, y la fiscalía va a presentar cargos.
Todo el mundo está esperando a ver qué dice Kyrsten Sinema sobre la ley contra inflación y cambio climático. De momento, se está haciendo rogar.
Tendré que escribir más sobre la lamentable y despreciable amalgama de células mórbidas y putrefactas que es Alex Jones otro día, pero hoy en su juicio por difamación ha pasado algo divertido. Sus abogados enviaron de forma accidental todo el contenido de su teléfono móvil a los letrados de las familias de Sandy Hook a los que Jones acusó de ser parte de un montaje en una matanza inventada… y no respondieron cuando estos les informaron del error, haciendo que todos sus mensajes puedan ser utilizados como pruebas en su contra.
¿Sabéis quién quiere saber qué hay en el móvil de Jones? El comité del congreso que está investigando su papel en el golpe de estado de Trump y pedirá una copia de esos archivos. Ups.