El sábado por la tarde, el presidente Elon Musk escribió en Pravda Twitter X lo siguiente:

Es la clase de jugada maestra de gestor empresarial radical hardcore que tanto le gusta a Musk: explícame qué haces, o serás despedido. Dejando de lado que esta clase de maniobras suenan bien en libros, pero funcionan espantosamente mal en una organización con dos millones de empleados, la idea de Musk tiene el problema de que es ilegal, ya que los procedimientos para presentar una dimisión en el gobierno federal están primorosamente bien reglados. Supongo que algún abogado en la administración les llamó la atención, porque el correo que enviaron poco después fue el siguiente:

Ligeramente mejor; al menos no está amenazando con represalias absurdas a quien no diga nada. El pequeño problema, claro está, es que sigue siendo estupendamente ilegal, y lo es de tantas formas distintas que varios miembros del gabinete nombrados por el propio Trump han enviado un correo a sus departamentos diciéndoles que no contesten en absoluto.
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