Kennedy y la América que no fue
Un escenario alternativo: ¿Y si Richard Nixon hubiera ganado las elecciones presidenciales en 1960?
El boletín para suscriptores de hoy será un poco más ligero. Ha sido una semana de locos en política americana, y dado que los tres últimos artículos han sido monográficos de escándalo y tragedia, hoy hablaremos de algo un poco distinto: Richard Nixon. Y sí, el hecho que me dé por pensar en Richard Nixon cuando estoy estresado es un poco preocupante, pero ese es otro tema.
Una ucronía: La victoria de Richard Nixon
Las elecciones presidenciales de 1960 tienen una mística especial. El candidato demócrata era John F. Kennedy, un hombre joven y brillante, héroe de guerra y con un final trágico. El candidato republicano era Richard Nixon, un tipo calvo, adusto, unicejo y que vio su carrera política terminar en escándalo y humillación. Son unos comicios celebrados poco menos que en zénit del poder imperial americano, antes de Vietnam, las protestas de los años sesenta, y la crisis del petróleo. Son, casi literalmente, elecciones de otra época, aún más significativas cuando sabemos que el presidente y su hermano morirían poco después con ella, y el candidato derrotado abriría una nueva era en 1968.
Es posible, incluso probable, que Richard Nixon fuera el verdadero ganador de las elecciones de 1960. El resultado fue increíblemente ajustado a nivel nacional, con Kennedy ganando por menos de dos décimas. En los dos estados decisivos, Illinois y Texas, hay muchos motivos para pensar la victoria del candidato demócrata fuera fraudulenta. En Chicago, Kennedy quizás se impuso gracias a copiosas “ayudas” del alcalde y “respetables” familias italianas locales; en Texas, Lydon Johnson ya había robado unas elecciones al senado descaradamente en 1948, y los condados del sur del estado, cerca de la frontera con Méjico, le apoyaron un poco demasiado masivamente para cualquier observador imparcial. Nunca lo sabremos con certeza, porque Nixon nunca quiso cuestionar la legitimidad de los resultados abiertamente, y las investigaciones posteriores fueron saboteadas por los demócratas en ambos estados.
Siento una fascinación un tanto irracional por Nixon, una figura mucho más complicada y brillante que el habitual retrato de un malvado demente que vemos en películas y series. Y siempre me he preguntado qué hubiera sucedido si hubiera llegado a la Casa Blanca en 1960 en vez de 1968.
En política exterior, mi sensación es que Nixon, aún con sus paranoias, era una persona mucho más hábil que Kennedy. Nixon nunca hubiera consentido una chapuza como la invasión de Bahía de Cochinos, y no hubiera provocado a los soviéticos en Berlín y poniendo misiles en Turquía sin motivo. La crisis de los misiles cubanos nunca hubiera sucedido. Nixon era también mucho más realista en la capacidad de Estados Unidos de arreglar problemas con marines, y dudo mucho que metiera al país en el cenagal de Vietnam. La histórica distensión con China también hubiera sucedido mucho antes. Aunque Nixon era un cretino sin escrúpulos en política exterior, era muy inteligente y realista, un digno heredero de Eisenhower.
Creo que la ucronía, sin embargo, se vuelve más interesante al hablar de política doméstica.
Richard Nixon era una persona increíblemente amoral y un racista furibundo en privado, alguien al que la política social y económica le aburría profundamente. Lo que le apasionaba, le emocionaba, y quería con locura era la política exterior, la gran estrategia. Lo de leyes, sanidad, educación y hospitales le parecía una zafiedad. Por un lado, esto hacía de Nixon un tipo con escasas convicciones morales y pasión por ayudar a sus conciudadanos. Por otro, dada la imperiosa necesidad de ganar elecciones para poder jugar a hombre de estado, le convertía en un político tremendamente flexible y pragmático. Nixon haría lo que fuese para ganar elecciones, y si eso implicaba abrazar el ecologismo o enviar unos ladrones a robar documentos en la sede del partido demócrata cuando iba 10 puntos por delante en los sondeos, pues se hacía y punto.
El oportunismo casi enfermizo de Nixon está detrás de muchas de sus propuestas durante su presidencia. Nixon es el presidente que creó la EPA (Agencia de protección ambiental); es alguien que planteó seriamente un impuesto negativo sobre la renta (es decir, algo muy parecido a una renta básica universal) y que propuso una ley de sanidad universal muy ambiciosa que no llegó a ser aprobada porque Ted Kennedy creía que podría sacar una más amplia durante la presidencia de Jimmy Carter.
Una hipotética presidencia de Nixon en 1960 se hubiera encontrado con una opinión pública quizás menos progresista que la de 1970, pero igualmente ansiosa de reformas. El movimiento de derechos civiles estaba en plena efervescencia, y la presión popular para romper la segregación racial en el sur iba en aumento. Siendo vicepresidente, Nixon tuvo poco que ver con la primera ley de derechos civiles impulsada por Johnson desde el senado, en 1957, pero nunca se opuso abiertamente. Es muy posible que, por muy racista que fuera, Nixon viera el movimiento de derechos civiles como una oportunidad política de haber ganado en 1960, y que por tanto hubiera intentado echar esa legislación adelante - paradójicamente con la ayuda de Johnson, que hubiera seguido en el senado.
Por supuesto, Nixon no tenía la honda empatía de Johnson ni su fervor moral (Johnson era también un psicópata, pero su amoralidad la reservaba para los vietnamitas), así que posiblemente las leyes de derechos civiles de la era Nixon hubieran sido más débiles o avanzado más lentamente que bajo Johnson. Es muy probable también que un hipotético programa de medidas sociales nixoniano fuera más pequeño y menos ambicioso que la Great Society. Aun así, Nixon era un republicano pre-Goldwater y pre-Reagan en lo económico, un keynesiano convencido que se había formado en la América del New Deal. En vista de lo ambiciosos que fueron sus planes en los setenta (estamos hablando de una renta básica universal, corcho) no hubieran sido pequeños, y más en un país con el fervor cívico de Marin Luther King de fondo, una economía esplendorosa y sin el sumidero de Vietnam.
Imaginad, entonces, Estados Unidos en 1964 con una ley de derechos civiles aprobada por un presidente republicano, una expansión significativa del estado del bienestar para complementarla, sin Vietnam. Nixon seguramente estaría haciendo trastadas amorales y corruptas en alguna parte (y montando golpes de estado por América Latina, etcétera), pero el realineamiento político de 1968 en adelante, el que él mismo impulsó con su Southern Strategy, es ahora imposible. La coalición republicana de este 1964 alternativo pasa a ser negros del sur y moderados en el norte; el partido demócrata sigue siendo racistas blancos en el sur y populistas en el norte. Es decir, el realineamiento de los 70-80 no sucede, sino que los dos partidos americanos siguen siendo coaliciones un tanto incoherentes. Los estados del sur no pasan a ser republicanos, sino que se mantienen demócratas, pero los demócratas nunca llegan a dominar las dos costas y los centros de población del norte, ya que el GOP pasa a ser moderado en temas sociales y política económica.
Paradójicamente una victoria conservadora en 1960 podría haber acabado moviendo Estados Unidos hacia la izquierda ya que los republicanos no hubieran acabado explotando la política del resentimiento y la Southern Strategy.
Por supuesto, toda esta explicación es discutible; la realidad es mucho más complicada que cualquier ucronía y hacer predicciones sobre el pasado es igual o más difícil que hacerlas sobre el presente. Nixon es un personaje errático e irascible, y Dios sabe si hubiera visto a MLK como una oportunidad o como una amenaza. Aunque no era alguien que estaba atado al sistema de Jim Crow (él era de California, al fin y al cabo), Nixon era muy racista, y es difícil saber si la oportunidad de romper la coalición demócrata en el norte hubiera bastado para superar sus prejuicios.
Aunque las ucronías no dejan de ser un ejercicio intelectual, son interesantes también para reflexionar por un lado sobre lo aleatoria que es a veces la política y por otro sobre la capacidad real de cambiar la historia que tienen unos pocos miles de votos y un hombre distinto en la Casa Blanca.
Además, por si no lo habéis notado, no aguanto el mito de Kennedy.
Bolas extra:
En cosas que suceden, pero no deberían estar sucediendo, un megamillonario que se mudó de Nueva Jersey a Florida hace unos años para pagar menos impuestos ha decidido mudarse de vuelta a Nueva Jersey. Pagará $120 millones más al año en impuestos.
El NYT tiene un largo artículo sobre todas las estrategias que está empleando el partido republicano para impedir que vote la gente que no les vota.
Un buen artículo sobre las provisiones constituciones y legales en caso de muerte de un candidato a la presidencia o un presidente.
Las elecciones al senado de Texas de 1948 fueron una locura tal que cuando Robert Caro estaba escribiendo su monumental biografía de Lyndon Johnson decidió dedicarles un volumen entero. El libro, “Means of Ascent” tiene 839 páginas y como todos los libros de Caro, es extraordinario. Y sí, es un tochazo gigante con más de 600 páginas dedicadas exclusivamente a una elección al senado en 1948 y se lee como la mejor temporada de House of Cards jamás escrita.
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Un artículo muy interesante, Roger. Ojalá haya más así. Nixon es sin duda un personaje fascinante y las elecciones de 1960 fueron un punto de inflexión. Sobre lo que me quedan dudas -aunque sean solo conjeturas-; es si Nixon en 1960 no hubiera representado ya un giro hacia la derecha (aunque no tanto como en 1968 como dices). Pues Eisenhower había sido un republicano demasiado independiente de los jerarcas del partido, mientras Nixon había sido cercano a Taft y Foster Dulles (los principales rivales de 'Ike'). Y como congresista, Nixon ya había mostrado cierta "beligerancia ideológica" en el caso Hiss, aunque era ante nada retorica anti-comunista.
Por otra parte, me pregunto si podrías elaborar un poco más sobre lo sobre lo que mencionas de Ted Kennedy y la sanidad. Pues no me encaja tanto, porque Carter llega por sorpresa en las primarias de 1976 (antes solo 4 gatos le conocían); y en campaña Carter se distancia de la propuesta de sanidad de Kennedy. Y luego terminarían enfrentándose de manera ardua en las primarias de 1980.
Muy interesante, esperando otro artículo sobre los mitos de Kennedy.
¿Nixon arreglo algo sin marines en sudámerica?¿Estuvo detrás de algún golpe de estado?
Parece que criticas la intervención de Vietnam, pero no sé cómo se podría intervenir suavemente cuando China y Rusia estaban soltando armas a diestro y siniestro. A lo mejor un artículo sobre ese punto de la historia americana sería interessante ;)
Gracias por todo.