Uno de los problemas cuando hablas de la administración Trump con gente que no son enfermos de la política es que es fácil acabar pareciendo un loco. El presidente y su corte están haciendo una cantidad tal de cosas escandalosas, absurdas, semi- autoritarias o incompetentes (o una combinación de estos adjetivos) con un volumen y frecuencia tales que si intentas explicarlo todo acabas pareciendo un señor de esos de gorritos de papel de plata y mirada un poco demasiado intensa.
Lo que está sucediendo, sin embargo, es el equivalente a media docena de noticias que en cualquier otra época hubieran acabado en escándalo, oprobio e impeachment, pero que en este torrente inacabable de basura de la administración sólo se puede calificar como “otro martes cualquiera”.
Si me permitís, dejadme dar un paseo por las pestañas que tenía guardadas en el navegador para escribir algo, lo que sea sobre ello. Cada una de estas noticias da para 2.000 palabras de contexto y alaridos hiperventilados. Sin embargo, no hay tiempo para hablar de todo, porque a la que algo se queda dos días sin comentar, tengo cuatro temas nuevos.
Cambio climático
Era público y conocido que Trump iba a ser atroz para el medio ambiente, pero su administración no es que esté abandonando la lucha contra el cambio climático, sino que está trabajando activamente para empeorarlo. La mega- ley de presupuestos literalmente crea impuestos sobre energías renovables y subvenciona el carbón. En una maniobra legal extraordinaria, va a intentar pedir a los tribunales que le autoricen a declarar los gases de efecto invernadero como no-contaminantes.
El negacionismo de la administración es tal que va a intentar convencer al Congreso sobre la necesidad de destruir dos satélites usados para medir las concentraciones de carbono en la atmósfera, literalmente sacándolos de órbita y quemándolos en reentrada.
Vacunas
Sabíamos que Robert Kennedy Jr. era un patán negacionista antivacunas; llevo llamándole cretino desde hace años.
Por supuesto, Trump le nombró secretario de sanidad. Tras prometer durante su confirmación en el senado que sería bueno y dejaría las inmunizaciones a los científicos, una vez en el cargo se ha dedicado a retirar la financiación de cualquier proyecto de investigación que huela a vacunas, especialmente si están basadas en mRNA.
¿El motivo? Bobadas churrocientíficas conspiranoicas, por supuesto.
La cuestión es que el desarrollo de estas vacunas iba camino de producir medicamentos que podían proteger contra el cáncer, lo que es poco menos que un milagro científico, e incluso eliminar el SIDA. Pero RFK Jr. es un cretino indocumentado que está en el cargo porque le hizo la pelota a Trump durante la campaña, y Trump es alguien que esto de la sanidad le importa un comino. A pesar de que el gran legado de su primer mandato fue acelerar el desarrollo de esta tecnología y salvar a decenas de millones de personas durante la pandemia, ahora permite a este degenerado que lo destruya.
Rusia y Ucrania
Un presidente de los Estados Unidos suele ser cauto y cuidadoso sobre a quién le ofrece su tiempo y atención. Una cumbre con el jefe de estado y de gobierno del país más rico y poderoso de la tierra es una validación, y un presidente no puede ni debe permitir que le dicten la agenda.
No que a Trump le importe; el viernes va a reunirse con Vladimir Putin en Alaska, y todo parece apuntar que va a vender a los ucranianos de la forma más descarada y lamentable posible. Trump siente desde hace décadas una admiración poco disimulada por el presidente ruso. La última vez que se reunieron, durante su primer mandato, toda la cumbre fue un ejercicio de humillación para Estados Unidos. El hombre no tiene ni la más remota idea de lo que hace, y quiere forzar una paz que haga feliz a este hombre tan machote al que tanto admira para vengarse del comediante culpable de su primer impeachment.
El censor de CBS
No he tenido ni tiempo de hablar sobre el despido de Stephen Colbert, el resultado de una sórdida fusión empresarial en el que el hijo del propietario de Oracle, David Ellison (su genio empresarial consiste en que su padre le montara un estudio de cine) compró Paramount, la empresa propietaria de CBS.
Colbert es un comediante legendario al que le dediqué un largo artículo en Jotdown hace años, y su late night era líder de audiencia. Pero era muy crítico con Trump, y todo indica que la administración, como una de las condiciones no escritas para permitir la fusión entre Skydance y Paramount, pidió que le largaran.
La salida de Colbert, al menos, tiene ciertos elementos económicos que hacen que el despido pueda tener alguna lógica empresarial, aunque sea débil. Lo que es mucho más cuestionable, y el departamento de justicia ha puesto por escrito en el decreto que autoriza la fusión, es que CBS va a tener un “monitor de sesgo político” en su redacción de informativos, para asegurarse que la compañía cumple con los estándares de imparcialidad que exige la administración Trump.
Esto es, un comisario político, o un censor, en todo menos el nombre.
Atacando a universidades
Hablé hace una temporada de la guerra abierta del trumpismo contra Harvard, pero la administración está en una cruzada parecida contra esencialmente todo el sistema de educación superior americano. Durante los últimos meses se han dedicado a congelar ayudas, subvenciones, y programas de investigación a instituciones de todo el país con la excusa de que “toleran el antisemitismo”. Las instituciones tienen que decidir entre ir a los tribunales, en un caso que ganarían de calle (porque las acciones de la administración son completamente ilegales) pero se alargaría años (y que la Casa Blanca recurriría hasta el supremo repetidamente) o llegar a acuerdos, ceder poder al departamento de educación en cosas como admisiones o disciplina, y pagar una multa millonaria.
Los trumpistas se han cansado de ir sólo a por universidades privadas, así que la semana pasada enviaron una de sus alegres cartas de extorsión a UCLA (Universidad de California, Los Ángeles), una pública, propiedad del estado de California. A estas alturas ni se molestan en actuar con lógica; a UCLA le han retirado 500 millones de subvenciones, y les exigen 1.000 millones de multa para recuperarlas.
Impuestos a las exportaciones
La constitución de Estados Unidos, en el artículo I, Sección 9, cláusula 5, establece que “no impuesto o tasa podrá ser impuesto a artículos exportados desde ningún estado”.
La administración Trump autorizó el sábado a nVidia y AMD exportar aceleradoras de AI a China si pagan un impuesto del 15% del dinero que ingresen por su venta. Es cómicamente inconstitucional, pero esto parece no importar ya demasiado. nVidia y AMD están demasiado contentas ganando montañas de dinero vendiendo tecnología puntera a un adversario como para protestar.
El escándalo real
El escándalo real que ha atenazado los medios es, obviamente, el dichoso anuncio de Sydney Sweeney, que según dicen, ha indignado a la izquierda porque es nazi o supremacista. Fox News lleva dos semanas hablando de la polémica sin cesar, y el resto de medios están obsesionados con debatir por qué esta clase de polémicas dejan claro que la izquierda está obsesionada con chorradas y que por eso pierden elecciones.
En realidad, nadie relevante en la izquierda se inmutó lo más mínimo con el anuncio. Fueron dos cuentas de ultras trumpistas que encontraron a dos matados anónimos en Twitter con un puñado de seguidores y promocionaron sus tweets sobre cómo la izquierda pierde la cabeza. Ningún político demócrata ha dicho nada sobre el anuncio, porque nadie en el partido demócrata está indignado. Durante dos semanas enteras, sin embargo, del presidente de los Estados Unidos para abajo todo el GOP está obsesionado con la polémica, que esencialmente consiste en todo el GOP debatiendo furiosamente con hombres de paja.
Los medios generalistas americanos, por supuesto, lo han cubierto como el gran debate, porque Sweeney es guapa y así pueden poner fotos suyas, y hablar de todas las polémicas anteriores durante más de cinco minutos exige preocuparse por cosas como leyes o hablar del autoritarismo creciente de la administración.
Que quizás es importante, pero no es divertido. En fin.
Tengo la idea desde hace tiempo, a pesar de que es totalmente absurda y sin pies ni cabeza, pero como EEUU ha sido siempre absurdo y sin pies ni cabeza, pues eso, de que Kennedy Jr. en realidad lo que quiere es aflorar la mierda de lo de su tío, lo que hace que muchas cosas encajen, claro que no tiene mucho sentido lo que está haciendo para tal objetivo, aunque como hipótesis de trabajo explica bastantes cosas. Va contra la navaja de Occkham, porque la explicación más simple es la de Roger, o eso se diría. En cualquier caso, de todos los deparamentos colonizados por Thiel, el suyo va en cabeza y con muchos cuerpos, nunca mejor dicho, de ventaja, lo cual en principio tampoco tiene sentido.
Respecto a la admiración aparente de Trump por Putin, más bien es la admiración de la imagen que se ha construido de Putin en Occidente, que él cree que su cultivo le conviene, cosa que dudo porque Putin juega al ajedrez y Xi al go, y Bozo lo que hace es jugar al póker y no precisamente como Paul Newman en aquella película que ostenta el récord mundial de agujeros de guión. En Alaska no van a hablar de Ucrania, por eso ni va el farlopero y hay jiña generalizada en la Güé, y lo que opina realmente de Putin ya lo dejó bien claro con sus últimos ultimátums y lo del corredor de Zangezur. Más o menos lo mismo que opina de cualquier congénere suyo que le estorbe, que son todos los de este planeta.
Buenas Roger...No sé si has hablado ya del tema pero yo pregunto por si acaso: existe la posibilidad de que un estado, California por ejemplo, se harte e inicie una campaña de separación de los Estados Unidos? Un Califorxit tal vez?