Deportes y televisión en Estados Unidos
La crisis del modelo televisivo que pone en peligro el modelo de de ligas profesionales
El deporte profesional en Estados Unidos sigue un modelo completamente diferente al europeo. El sistema está definido por ligas cerradas con equipos franquicia, sin ascensos ni descensos; cada deporte es un cártel organizado que organiza una competición entres sus participantes, gestiona los derechos televisivos y se reparte el pastel como quiere.
Es un sistema increíblemente lucrativo, ya que, por encima de todo, está diseñado para generar campeonatos emocionantes, equilibrados, y competitivos. Por supuesto, no basta que una competición sea interesante para generar dinero, sino que también es necesario un modelo de negocio sólido detrás.
Y ese modelo de negocio, ahora mismo, está a las puertas de una crisis considerable.
Televisiones y cables
La fuente principal de ingresos de cualquier deporte profesional en Estados Unidos son los ingresos por televisión. Todos los partidos son televisados, y las ligas se reparten cuidadosamente las fechas a lo largo del año para maximizar sus audiencias y evitar que los playoff coincidan1.
La estructura de ingresos de las cuatro ligas con más audiencia, sin embargo, varía considerablemente:
El capítulo donde más coincidencia hay es patrocinadores, con las cuatro ligas entre el 9 y 14% de ingresos. Aparcamiento y ventas en el estadio (concessions) tiene algo más de variedad, ya que la NFL juega muchos menos partidos (17 en liga regular) que el resto. Donde empieza a ver diferencias significativas es en las entradas; la NFL vende pocas (temporada corta) y la NHL muchísimas (muchos partidos, y es un deporte fabuloso en vivo). La MLB tiene una temporada regular larguísima (162 partidos), mientras que la NBA se queda a media (tantos partidos como la NHL, pero menos espectacular en directo).
Las diferencias substanciales, y lo que realmente marca las distancias entre las ligas, son los ingresos televisivos, que se reparten en dos tipos de emisoras. La mayoría de los partidos de la NFL se juegan los fines de semana y se emiten en las grandes cadenas nacionales. Casi todos se emiten con desconexiones regionales (si estás en Nueva Inglaterra, ves los partidos de los equipos del noreste, de Filadelfia para arriba) con un puñado para todo el país. Como la liga es tan corta y todos los partidos cuentan, atraen audiencias considerables.
Las otras tres ligas tienen ingresos un poco distintos. Todos los equipos profesionales están asociados, directa o indirectamente, a una Regional Sports Network (RSN), o cadena regional de deportes. Aunque algunos equipos son propietarios de su RSN (los Yankees con Yes o los Red Sox con NESN, por ejemplo), la mayoría están en manos de alguna empresa que se dedica a explotar estas emisoras o una afiliada local de una de las cadenas nacionales, a menudo con presencia en varios mercados. Las RSN sólo están disponibles bajo televisión de pago (cable o satélite), y suelen emitir todos los partidos de las franquicias de las que tienen derechos excepto aquellos que se emiten en una emisora nacional.
La NFL, por supuesto, apenas recibe ingresos de las RSN; sus derechos son tan valiosos que prefieren venderlos a cadenas nacionales. La NHL y NBA rondan un 12-13% de ingresos; en el lado de la NBA, porque tienen contratos nacionales potentes (la liga está en un muy buen momento de popularidad), la NHL porque tienen, en agregado, menos dinero proviniente de televisión. La MLB, mientras tanto, con sus burradas de partidos cada año, recibe casi tanto dinero de RSNs que de cadenas nacionales (23-26).
Una de las grandes ventajas del modelo de franquicias es que permite que las ligas actuén de forma estratégica al definir sus mercados y audiencias. Los equipos están distribuidos de la forma más eficiente posible según el tamaño de los mercados y población, y sólo se solapan en áreas metropolitanas grandes. Las ligas, además, suelen esquivarse unas a las otras en aquellos mercados pequeños, así que, en general, una RSN tiene un pequeño monopolio deportivo en su región, sin demasiada competencia.
Siguiendo a tu equipo
El tinglado de cadenas nacionales, RSN, y TV por cable, sin embargo, hace que seguir a un equipo en concreto sea a veces complicado. Supongamos que, debido a mi orgullo neoinglés, quiero ver todos los partidos de los Boston Celtics en TV. Muchos se emiten en NESN, pero hay un número considerable en TNT y ESPN. Aunque la NBA tiene una plataforma de streaming estupenda donde están todos los partidos disponibles, los contratos con las televisiones exigen que los partidos de los Celtics no estén disponibles en la región en que emite la RSN asociada. Si quiero verlos en la tele, no me queda más que pasar por caja y contratar TV de pago.
Cortando el cable
Las RSN tienen, en apariencia, un modelo de negocio a prueba de bombas. Cuando contratas TV por cable en USA siempre están incluidas (es esencialmente imposible evitarlas), y la tasa por tenerlas es siempre considerable (en Connecticut, unos $14 al mes). Cualquier persona que tiene TV de pago está dando dinero a su RSN y a su franquicia deportiva local, le guste o no el deporte.
El problema para las RSNs, sin embargo, es que la televisión de pago en Estados Unidos está agonizando - y el número de hogares con TV de pago ha caído un 40% en menos de un década.
Esto ha dejado a un montón de RSNs, especialmente en mercados pequeños, endeudadas hasta las trancas, y unas cuantas directamente en bancarrota. En el caso de Padres TV (San Diego Padres, MLB) sus propietarios no sólo se han declarado insolventes, sino que han dejado que la liga se quede directamente con la emisora.
Aunque hay mucha gente que sigue un deporte o varios de manera obsesiva, estos distan mucho de ser mayoría. Al consumidor medio, si le dieran la posibilidad de escoger qué programación quiere “a la carta”, no incluiría $14 al mes para ver a los Celtic o los Red Sox (como comparación, HBO suele costar $16), pero se ve forzado a pagarlo si tiene cable. En un mundo donde existe Netflix, Max, Disney+ y el resto de servicios de streaming, no obstante, ahora puede escoger no pagar por deportes que no ve simplemente dejando de pagar por TV de pago. Y esto ha dejado a las RSN en una posición extremadamente vulnerable.
Cambios a la vista
De las cuatro ligas, es obvio que la MLB es la que se enfrenta a una caída de ingresos de manera más inmediata. La NBA, sin embargo, no va muy por detrás; sus contratos nacionales son sobre todo con cadenas de cable (TNT y ESPN) que aunque no están en el mismo pozo que las RSN, están viendo sus ingresos caer con alarmante rapidez. Hay montañas de especulación y teorías sobre qué harán en los próximos meses, cuando se acaben los contratos que tienen en vigor.
La NHL está un poco en una isla perdida, porque el contrato nacional principal que tiene es con ESPN, con (casi) todos los partidos emitidos en ESPN+, su plataforma de streaming. Siguen teniendo reglas absurdas de apagones (blackouts), cuando no puedes ver los partidos del equipo en tu región sin tener cable, pero dependen mucho menos de sus RSN. La NFL es tan rica que todo esto le parece cosas de campesinos pobres.
Paradójicamente, la liga profesional que ha adoptado el modelo que más innovador es la MLS, la liga de fútbol “europeo”. La MLS es mucho más pequeña que las otras cuatro ligas (ingresos anuales alrededor de $1.000 millones2, es decir, 1/15 que la NFL) y no tenía acuerdos con RSNs en muchos mercados. El año pasado, la liga llegó a un acuerdo para vender los derechos televisivos de los próximos diez años a Apple por $2500 millones - todos los derechos, sin restricciones geográficas de ninguna clase. Si quieres ver la MLS, Apple retransmite todos los partidos, todas las jornadas, por $15 al mes, sin asteriscos ni dudas.
Cosa que está muy bien, hasta que te das cuenta que es más o menos lo mismo que pagarías por tu RSN si tienes TV por cable, claro está.
Aún así, parece sólo cuestión de tiempo que la NBA, MLB y NHL ofrezcan algo parecido en sus respectivas plataformas tarde o temprano. Viendo lo que Apple se ha visto forzada a cobrar por la MLS, serán probablemente subscripciones la mar de caras, y casi seguro acaben generando menos dinero que las RSN y los contratos clásicos con ESPN/TNT y demás.
La transición de TV de pago en la que todos pagan a TV a la carta donde sólo cobras a los que realmente quieren ver deportes será complicada, especialmente para los equipos en mercados pequeños. Y para los que quieren ver deportes, todo apunta que será cara3.
La excepción son las finales de la NBA y NHL, pero dado que la audiencia de ambos deportes suele ser muy distinta (la NHL es mucho más blanca que la NBA), no es un gran problema.
Nota al margen: la Premier League tiene unos ingresos anuales sobre los $7.000 millones anuales.
La liga española, por cierto, está disponible en ESPN+ por $10 al mes. Todos los partidos, sin restricciones.
Siempre me parecen muy interesantes estos artículos, porque acostumbrado a las ligas europeas me parece todo demasiado marciano. Sin embargo como seguidor de las carreras de cualquier cosa que tenga un motor y ruedas, me gustaría saber cómo está montado el tinglado de IMSA, nascar o indicar.