Ayer domingo publicaba un artículo en Voz Populi quejándome del complejo sistema tarifario del transporte público en Madrid, empezando por el metro:
Una red de transporte público tiene dos componentes clave que deben organizarse de manera coordinada. Por un lado, tenemos la parte física de la red, la infraestructura y el material rodante. Esto son los túneles, raíles, catenaria, estaciones, trenes, tranvías y autobuses que forman parte de la red. Como he mencionado en otras ocasiones, España resulta ser excepcionalmente eficiente construyendo estas cosas; los costes de construcción del metro de Madrid están entre los más bajos del mundo. Esta parte la dominamos como nadie.
Es el otro componente del transporte público donde tenemos mucho margen de mejora: la calidad del servicio. La red de transporte público de Madrid es enorme, densa y está eficiente, pero tiene la mala costumbre de maltratar a sus viajeros con demasiada frecuencia.
El ejemplo más claro de estas malas costumbres es en la transacción más básica de todas, la venta de billetes. Madrid tiene una cantidad cuanto menos sorprendente de billetes, tarifas y tipos de abonos para tren, metro, autobús, metro ligero y cercanías; para alguien que está habituado al sistema, averiguar qué pagar, dónde y cómo es ligeramente mareante. Empeorando las cosas, los billetes de un medio de transporte no siempre son válidos en otro; un bono de diez viajes de autobús no te da acceso al metro, sin ir más lejos. Es más, no todos los abonos de metro son válidos en todas las estaciones de metro, porque incluso en esa red tiene billetes extraños y diferenciados.
Las dos cosas que pido son integración tarifaria y pagar con tarjetas sin contacto o móviles con tarifa tope automática, siguiendo el ejemplo de Londres. Podéis leerlo aquí.
Vale la pena señalar que varias de las propuestas del artículo están implementadas en otras ciudades de España, aunque de forma incompleta. Barcelona tiene integración tarifaria completa, y Valencia acaba de implementarla. Sevilla tiene el tope de precio y mejor tarifa posible de Londres, aunque sin integración tarifaria (por ahora).
Esto es: estas cosas se pueden hacer en España, y Madrid lleva varias décadas de retraso. Es hora de ponerse las pilas.